Vuelvo al redil, hoy me siento especialmente utilizada, y a la vez tonta, por no decir algo peor. Vivo con una especie de Dr. Yeckil y Mr. Hyde. Y lo malo es que uno me impide ver al otro. Creo que soy consciente de ello, y todavía me pregunto que demonios sigo haciendo aquí. No sé si me doy excusas tontas, o son reales. No hay maltrato físico, pero sí emocional. Soy fuerte, pero algunas veces estoy en el límite. Mi punto final es coger la puerta y largarme con mi hijo. Me digo a mi misma que tengo que esperar porque sé que si lo hago ahora me intentará amargar la vida de todas las maneras posibles, me llenaría de más deudas, y me putearia de alguna manera que no llego a imaginar. No hablo de suposiciones, en mis años de convivencia con el he visto como ponia en manos de abogados sus retorcidos pensamientos. Es capaz de darle la vuelta a cualquier cosa, demostrar que algo blanco impoluto se convierte en negro, y sacar de cualquier resquicio diminuto un arma para utilizar en contra del enemigo.
Tal vez sea terror a volver a empezar otra vez mas, o al fracaso. A pensar que no luché lo suficiente por la relación. Algunas veces me excuso a mi misma viendome como una egoista, con una vida relativamente "comoda", pudiendo llevar a mi hijo donde quiera y dandole una calidad de vida que yo en solitario no le podría dar. Sobre todo por el tiempo que ahora mismo le dedico, y que no podría hacer después.
Vivo con alguien que puede ser la persona que me enamoró, con sentido del humor, capaz de hacerme reir (cada vez menos), pendiente de colaborar en todo y hacerte sentir bien a de repente convertirse en alguien capaz de darle la vuelta a todo para demostrarte que le trato mal, que no me intereso por lo que le pasa (y si lo hago "es mi vida no te metas en ella"), que no valoro lo que hace, y sobre todo que no se merece que le trate como lo hago. Es el maestro del engaño, de las conversaciones telefónicas con testigos en los que pone en mi boca (o del que corresponda) palabras que jamas se han dicho... y además que se lo cree... Con una nota reiterativa: A estas situaciones se llega cuando ya no es capaz de llevar por cuenta el número de cervezas bebidas.
Al día siguiente parece que no ha pasado nada, se muestra encantador y todavía tiene el morro de preguntar ¿que te pasa? Que fría estás, ni siquiera me das un beso... o similares.
Cuando es Hyde no se puede hablar con él, y ha llegado un momento en el que cuando está normal tampoco me apetece meterme en otra discusión que siempre acaba mal. Orgulloso hasta la médula, es incapaz de rectificar aunque sepa que se está equivocando. Siempre tiene la culpa el otro y si ha dicho algo, no vuelve atras. Lo explicaré con un ejemplo, para que a mí tampoco se me olvide porque va a traer cola... En navidades me dice que puesto que tengo muchas ganas de ir a Egipto me lleva en primavera, porque nadie como él para enseñarmelo. Me lo repiete durante estos meses, busca en Agencias el tipo de viaje que quiere hacer (el ya lo conoce bien), y de repente esta semana me suelta que no me merezco que me enseñe Egipto, que me busque a alguien que le paga el viaje pero que él no me lleva. ¿? Hoy me reconoce que es una tonteria pero que se mantiene firme y que me busque a alguien que me acompañe.
En fin, creo que he sido un tanto caótica hoy, pero me vienen a la cabeza mil cosas y no soy capaz de contarlo con un orden lógico.
Espero que esto me sirva para no olvidarme de como me puede hacer sentir Mr. Hyde.
Tal vez sea terror a volver a empezar otra vez mas, o al fracaso. A pensar que no luché lo suficiente por la relación. Algunas veces me excuso a mi misma viendome como una egoista, con una vida relativamente "comoda", pudiendo llevar a mi hijo donde quiera y dandole una calidad de vida que yo en solitario no le podría dar. Sobre todo por el tiempo que ahora mismo le dedico, y que no podría hacer después.
Vivo con alguien que puede ser la persona que me enamoró, con sentido del humor, capaz de hacerme reir (cada vez menos), pendiente de colaborar en todo y hacerte sentir bien a de repente convertirse en alguien capaz de darle la vuelta a todo para demostrarte que le trato mal, que no me intereso por lo que le pasa (y si lo hago "es mi vida no te metas en ella"), que no valoro lo que hace, y sobre todo que no se merece que le trate como lo hago. Es el maestro del engaño, de las conversaciones telefónicas con testigos en los que pone en mi boca (o del que corresponda) palabras que jamas se han dicho... y además que se lo cree... Con una nota reiterativa: A estas situaciones se llega cuando ya no es capaz de llevar por cuenta el número de cervezas bebidas.
Al día siguiente parece que no ha pasado nada, se muestra encantador y todavía tiene el morro de preguntar ¿que te pasa? Que fría estás, ni siquiera me das un beso... o similares.
Cuando es Hyde no se puede hablar con él, y ha llegado un momento en el que cuando está normal tampoco me apetece meterme en otra discusión que siempre acaba mal. Orgulloso hasta la médula, es incapaz de rectificar aunque sepa que se está equivocando. Siempre tiene la culpa el otro y si ha dicho algo, no vuelve atras. Lo explicaré con un ejemplo, para que a mí tampoco se me olvide porque va a traer cola... En navidades me dice que puesto que tengo muchas ganas de ir a Egipto me lleva en primavera, porque nadie como él para enseñarmelo. Me lo repiete durante estos meses, busca en Agencias el tipo de viaje que quiere hacer (el ya lo conoce bien), y de repente esta semana me suelta que no me merezco que me enseñe Egipto, que me busque a alguien que le paga el viaje pero que él no me lleva. ¿? Hoy me reconoce que es una tonteria pero que se mantiene firme y que me busque a alguien que me acompañe.
En fin, creo que he sido un tanto caótica hoy, pero me vienen a la cabeza mil cosas y no soy capaz de contarlo con un orden lógico.
Espero que esto me sirva para no olvidarme de como me puede hacer sentir Mr. Hyde.
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