martes, 24 de febrero de 2009

Un beso, mi vida

No sé como empezar a explicar las sensaciones que he tenido hoy. Me he recordado a mí misma hace años. Ultimamente me he vuelto un tanto uraña a la gente, esta ciudad está demasiado llena de prisas y de rutinas mal llevadas, como para ponerte a hablar con nadie para no hablar de nada... En fin, mis rutinas me llevan a un pequeño bar dos o tres tardes por semana, al que voy acompañada de mi libro, del teléfono, y de algún otro entretenimiento personal que me acompañe durante un ratito, pero desde hace unos días no es necesario. La dueña del lugar es una persona que al verla me cayó genial, probablemente por lo que trasmite y hoy ha hecho que se me pusiera la piel de gallina. Los temas de conversación son muy variados, y hoy lo que ha empezado siendo una charla intrascendente se ha convertido en una confidencia que me ha removido por dentro. Hace ya once años perdió a su bebé de meses por un error médico ¿como se puede superar eso? Solo pensar que a mi hijo le pudiera pasar algo parecido.. me bloquea, ni siquiera me atrevo a pensarlo...
Ella me decía que no se supera, se vive con ello y te acompaña. Es algo que no esconde porque forma parte de su vida, y callarlo no hace que no haya pasado. Es mejor sacarlo fuera para que duela un poquito menos. No hace falta tener una foto para recordarle, lo tiene en su cabeza y en su corazón, le recuerda y vé su carita. Hoy he admirado su valor y su entereza al contarlo. Me he sorprendido porque ha sido a mí a quien ha decidido contarlo. Y ni siquiera sé su nombre.
Esta tarde ha sido muy especial con mi hijo a pesar de hacer lo mismo de siempre. Le he visto como el mayor regalo de esta vida, por verlo sano, con su risa contagiosa, su mirada traviesa. Si existe un Dios, le pido VIDA, para seguir disfrutando con él de todos sus momentos. Un beso, mi vida.


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