Maldita pasta

Si, maldita pasta, todo lo manipula. Hoy estoy especialmente cabreada con el tema, ahora que estoy tranquila conmigo misma y mis circunstancias, tienen que tocar los coj...
Nunca me ha sobrado el dinero, reconozco que en mi casa nunca nos sobró, pero tampoco nos faltaba de nada, incluyendo vacaciones, veinte duros en el bolsillo y paquete de tabaco todos los dias. Cuando me independicé, y de eso hace ya demasiado tiempo, recuerdo pasar una temporada un poco mas ajustada, pero tenía mi coche, mi casa, mi independencia, en definitiva, y eso tenia su precio, aunque por supuesto, merecia la pena.
Ahora estoy bien, no me puedo quejar al respecto, pero otra cosa es el padre de mi hijo. Viene de una familia de mucha pasta, con muchos hermanos y un padre manipulador. En todos estos años les he visto un par de veces, y sinceramente, me han sobrado. No hace mucho tiempo pusieron en la tele una serie sobre una de las familias más ricas en USA, y en cierto modo tienen semejanzas, cada uno a su escala. Piensan que con dinero todo se puede comprar, que el dinero dá la felicidad. Se creen superiores al resto. Pura falacia. Por supuesto que se puede vivir mejor, pero no es suficiente.

Hace un par de meses, mi chico me dice que su padre quiere conocer al enano ¡¡después de más de tres años!!! Ja. El motivo es muy sencillo: se está muriendo y quiere conocer a su nieto, además con la amenaza solapada de que si no accedo, no le incluirá en el testamento.
Le estuve dando vueltas durante un par de dias. Claro que me gustaría que mi hijo tuviese una vida más fácil, que tuviera todas las oportunidades que le puede dar el dinero, pero mi respuesta fué un NO rotundo. Los motivos son obvios, ha tenido tres largos años para conocerlo y no ha querido porque "no le reconocía como nieto", ¿y ahora cambia de opinión? Probablemente si la condición no hubiese existido (pasta), no lo hubiese dudado, pero no quiero que mi hijo se sienta "comprado". Prefiero que mi hijo luche por lo que pueda tener, y sea feliz con menos, que tenga "facilidades" con todos los problemas que la familia ocasiona, sus rencores, rencillas, envidias, suspicacias y malos rollos. No, yo no quiero eso para él.

Y lo más curioso es que toda la familia se ha pasado estos dos dando la brasa,.... al final hoy hemos llevado al niño a casa del abuelo. El niño no ha entendido nada, sólo ha visto a un señor que no le hablaba y le miraba mucho. Y una encerrona. Reunión de hermanos. No puedo con ellos.
Maldita pasta.